"Lo que más nos cuesta a los dueños de jardines maternales es conseguir la aprobación de los planos del local. La mayoría son casas alquiladas y el costo se hace muy elevado. Para que sea aprobado por la Dirección de Nivel Inicial debe ser adaptado para jardín, es decir, tener matafuegos, puertas que se abren hacia afuera, disyuntores, cartelería... Muchos tienen que pedir préstamos, y hasta eso pasa tiempo". Quien explica esta situación es la presidenta de la Asociación Tucumana de Jardines Materno Infantiles, Graciela Klarik. Se trata de una institución integrada por dueños de maternales que se creó hace seis años. "Somos únicamente cuatro las instituciones que estamos habilitadas para trabajar, de los 200 aproximadamente que funcionan en la provincia", reconoció.
En cuanto al personal docente, Klarik reconoció que se exige desde la Dirección de Nivel Inicial que cada sala tenga su maestra titulada y que además la directora tenga 10 años de antigüedad como maestra de nivel inicial. Sin embargo esto a veces no se cumple. "La situación económica no siempre lo permite", apuntó.
El caso del jardín "Tribilín", de Buenos Aires, conmocionó a todo el país, y también a los dueños de maternales. "Yo siempre digo, ¿tiene que haber un Cromañón para que asumamos que estamos trabajando mal?", se preguntó Klarik, al tiempo que se mostró a favor de los controles. Acerca de las visitas de las supervisoras reconoció que son escasas. "Yo también soy docente en la escuela pública y me comentan que es tanto el trabajo que no se dan tiempo para llegar a los maternales", contó.